lunes, 29 de septiembre de 2008

Víctor Hugo es incorporado a la Academia Nacional de Periodismo

 Por Susana Reinoso
De la Redacción de La Nación
Publicado en la edicion impresa el 29 de septiembre de 2009
  
 Mañana, a las 18.30, Víctor Hugo Morales ingresará, junto con Hermenegildo Sabat, a la Academia Nacional de Periodismo. Fiel a sí mismo, el periodista uruguayo que lidera el segmento de 9 a 13 en Radio Continental con el programa La Mañana, no escatimó críticas contra los multimedios, a los que definió como la gran decepción de la década del noventa.
Hoy considera que el poder político "es muchísimo más agresivo hacia los medios que en los años 90" y que el acoso a los medios "es insistente".
En diálogo con La Nacion, en su piso de Puerto Madero, desde cuyos amplios ventanales, se accede a una vista privilegiada de la ciudad, la Costanera Sur y el Río de la Plata, Víctor Hugo Morales dijo que su mayor alegría profesional fue gritar el gol de Diego Maradona contra los ingleses en aquel memorable Mundial de Fútbol de México.
Después de cada fecha del torneo de fútbol argentino, el periodista uruguayo realiza un videoanálisis en lanacion.com, al igual que en los partidos de la selección argentina.
Desde 2006 es, además, blogger en el blog Vision de Juego, junto con Juan Pablo Varsky, Ezequiel Fernandez Moores, Marcelo Gantman, Roman Iucht y Daniel Arcucci, y desde la próxima semana los lectores de lanacion.com podrán escuchar luego de cada jornada deportiva sus relatos y los del equipo de Competencia.
–¿Qué significa sumarse a la Academia de Periodismo?
–Creo que no lo merezco. Soy un periodista intuitivo, no tengo una vastísima formación académica, resuelvo con criterios de conciencia y mi propia base cultural. Cuando miro a los periodistas más empinados, me siento poca cosa. Si esto tuvo lugar es porque mi trabajo genera confiabilidad. Esa credibilidad, al cabo de una trayectoria, es lo más valioso que tengo. Es una búsqueda desde la coherencia. Para mí la ética es la coherencia. Y al mismo tiempo esto me hace mucho bien. Muchas veces he tenido que luchar contra lo que no me conviene confrontando con un medio poderoso. Sé que me expongo a muchas cosas. Hay un sector muy fuerte del periodismo al que nunca voy a acceder, porque puse límites y me quedé en un quartier más pequeño.
–¿Cuál es su impresión sobre el periodismo hoy, de cara al juego duro con el poder político?
–Mi enojo más fuerte con el poder de los años 90 pasa por la creación de los multimedios. Los multimedios se alimentan entre sí y evitan criticarse. Puede ser que un programa de TV no sea criticado desde un diario con la debida potencia, porque hay intereses en juego. El hecho de que los multimedios aumentaran sus tentáculos, atrapando otros tipos de intereses, ha llevado a que se negocie demasiado con el poder político. Los periodistas quedan atrapados en esas negociaciones. La formación de los multimedios tuvo también como efecto que se achicara el panorama pluralista. Y nosotros, somos simples periodistas que a veces estamos de acuerdo con el medio en que trabajamos, y en otras ocasiones no, pero que tenemos que ajustarnos a eso.
–¿Cómo es la relación del periodismo con el poder?
–He dicho alguna vez que como periodista en tiempos de la dictadura, se conocían los límites que teníamos y levantábamos enormemente nuestras defensas. Estos tiempos democráticos, con todas sus ventajas, nos supone en un régimen de absoluta libertad, que no siento que sea así. Y esto, para la gente, es más dificil detectarlo. El poder político hoy es muchísmo más agresivo hacia los medios que en los años 90. El acoso es insistente. Esto puede deberse a no negociar con el poder político, o a negociar y a que el poder se sienta traicionado frente a determinadas actitudes de algunos medios. Yo reclamo un amplio margen de libertad para trabajar.
–¿La sociedad está bien informada hoy?
–Hay tal volumen de información que es imposible que los datos no lleguen a la gente. Las claves, los grandes temas, están en la sociedad. Aún en los medios que generan complicidad, sus dueños son sus dueños, pero sus periodistas son sus periodistas. No puede digitarse completamente un artículo. Hay márgenes de independencia dentro de los medios.
–¿Cuáles fueron su mayor decepción y su mayor alegría profesional?
–La creación de los multimedios en los años 90 fue una gran decepción. A pesar de que jamás gané tanto dinero y prosperé tanto como los años 90, había tanta desolación a mi alrededor que no podía dejar de verla. Todo desapareció progresivamente. Ser testigo de eso fue un gran desencanto. La otra decepción es la colosal estafa contra el fútbol, no permitiendo el llamado a licitación que permitiría que los clubes fueran más ricos. El perjuicio anual del fútbol es superior a los 200 millones de dólares por año. Mí mayor alegría seguirá siendo el gol de Diego a los ingleses. No es comparable con nada.
–¿Qué mensaje de a los jóvenes que estudian hoy periodismo?
–El periodista tiene que tener un gran amor por la cultura y una curiosdad intensa e insaciable por todo. Y la curiosidad es fruto del amor por la cultura. A los muchachos les digo que lean cuanto puedan, que vayan al teatro, que escuchen música y que se interesen por la historia. Cuando me preguntan de qué otro modo hubiera sido feliz, respondo que siendo profesor de historia de las artes. Esa hambruna por las artes mejora la sensibilidad.