lunes, 9 de mayo de 2011

"River, otro candidato en retirada", la columna de Víctor Hugo para Tiempo Argentino


Del mismo modo  que tantos candidatos presidenciales y quizás siguiendo la onda en ese sentido, River pareció también bajarse de la postulación que pareció esgrimir esta semana, al cabo de una actuación irregular, pero que lo tenía en la tabla en una condición de expectativa realmente muy interesante. No había encuesta que no le dijera a River que tenía mejores posibilidades que All Boys y que su preocupación tenía que instalarse en ir a buscar lo más alto de la tabla y no pensar en absoluto  en la parte de abajo de las posiciones. No obstante, el fútbol a veces tiene, como la política nacional, respuestas muy inesperadas. El cuadro de la película de ayer, hoy cambia por completo. Y así,  ahora a River le cabe nuevamente transcurrir una semana traumática, como en los viejos tiempos, sabiendo que tiene que jugar contra un Boca que llega entonado, en La Bombonera, y otra vez acechado por fantasmas extraños a su historia, como los son el descenso y esa constante irregularidad que lo tiene en un sube y baja de actuaciones promisorias y de victorias por caso inesperadas, como la que consiguió frente a Racing, y derrotas también casi absurdas, como la que se consumó frente a All Boys.
River demostró su desconcierto en la última jugada del partido de ayer. Decidió que fuera la acción que cerrara el juego porque faltaban todavía tres minutos, y en un córner, perdiendo 1-0, Juan Pablo Carrizo perdió la brújula por completo y salió corriendo al área contraria. Bastó un rechazo de cabeza para que JP Rodríguez corriese como antes lo había hecho Giglioti en el primer tiempo, cruzase todo el largo de la cancha y definiese el partido dejando a River tan perplejo como posiblemente algunos candidatos se soñaron hace algún tiempo y ahora se van, también como River, a pelear para no quedarse en el repechaje.
La actuación de All Boys fue la de un equipo inteligente, al cabo. Timorato al principio. Pero muy decidido en el segundo tiempo a liquidar el partido con una jugada más. Por eso, el equipo del Pepe Romero fue mucho más consistente y meritorio para quedarse con la victoria cuando iba ganando 1-0 que cuando el partido estaba todavía 0-0 y lucía tímido y sin ninguna resolución para lanzarse al ataque. Debió suceder que en el crepúsculo del domingo, el equipo de Jota Jota, que soñaba con la aurora, se haya  quedado con las manos vacías, justo esta fecha, en la que debe esperar el partido contra Boca.
En lo estrictamente futbolístico, el partido disputado en el Monumental sólo hizo justicia al final por la inteligencia de All Boys. Sí, River ligó mal, aun cuando su principal arma, Erik Lamela, que siempre intentó mostrarse y le dio un gol prácticamente hecho a Funes Mori, no tuvo la contundencia que el equipo necesita. Pero los que sí anduvieron peleados con la pelota fueron los dos de arriba y, además,  los cambios de su técnico fueron decididamente tardíos: ya a los 10 del segundo tiempo, quedaba más que  claro que repitiendo lo que había hecho en el primero, no le alcanzaba para poder cambiar el resultado. Y, de ese modo, Diego  Buonanotte y Manuel Lanzini entraron cuando quedaba poco tiempo para cambiar la historia.
Pero no está dicha la última palabra. Aunque este cronista, que nunca pensó que iba a vivir para ver a River en esta situación cerca del final, admite que es extraño que casi puede ser campeon y a la vez pelear por no descender.
Y ahora, para colmo, esta noche, el tigre de las dos batallas, ese Vélez que ha hecho de Versalles un fuerte de lujos y de victorias, puede separarse en las posiciones, tanto como para poner en su caja de seguridad ahorros suficientes que lo dejen tranquilo a la hora difícil de disputar la Copa Libertadores y el campeonato local al mismo tiempo...

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